lunes, 8 de abril de 2013

¿Se puede cambiar el mundo?

    Abril parece haberme agarrado con ganas de fantasear; de soñar. No sé si será el otoño y las hojas amarillas que van alfombrando las calles o los últimos días de calor veraniego, pero la realidad es que algo me hace pensar más de la cuenta en esto. ¿Se puede cambiar el mundo?¿Se puede hacer que no haya injusticias?¿Que los niños no sufran?¿Que desaparezca el hambre?¿Que no haya guerras ni muertes en vano?
    No somos los primeros en la historia de la humanidad, y menos aún seremos los últimos que nos hemos planteado este interrogante. Mujeres y hombres (notables) lo han hecho por los siglos de los siglos. Sin embargo, el mundo sigue igual. ¿Por qué? ¿Donde están fallando los Gandhi y los Guevara? Son actuales, nos inspiraron, pero más allá de su inmensa voluntad, fueron asesinados y su proyecto se desvaneció como una mota de humo de un fuego que aún no enciende. Un dato interesante, que quiero agregar más allá de que no venga al caso, es que el "Che" fue inspirado en su infancia por Gandhi. Magnos haciendo magnos.
    Volviendo al tema que nos compete, he notado que si uno consulta a un joven al respecto, le dirá que el problema esta en el sistema. Si le preguntamos a un adulto, nos hablará del "sistema capitalista" o del "sistema comunista". Pero si escuchamos a los ancianos, no hablan más que de la corrupción. Los invito a que hagan este ejercicio. Los únicos que logran personificar a los males del planeta, son los abuelos. Y si bien pueden no saber muchas cosas, ellos saben de la vida, que no es poco. Uno puede aprender lo que sea, pero en general la experiencia no se transmite. Ellos, en su conjunto, la tienen toda, son los grandes depósitos de saber pragmático.
    Así es que probemos apuntar a la corrupción. No sé como, no sé cuando ni donde, pero el día que se logre desterrar este mal tan humano, quizá estemos en  un mejor lugar. En una de esas los próximos héroes del mundo tengan que apuntar sus voluntades hacía allí. Sin embargo, lo tengo que decir, el mundo no se puede cambiar, porque es algo que ya existe. Podremos sólo emparcharlo o hacerle alguna que otra reforma. Uno puede trabajar sobre los cimientos, buenos o malos, e intentar construir su mejor obra sobre ellos. Me aventuro a pensar que ahí esta la falla de los grandes personajes de la historia: Quisieron construir el Musée du Louvre en un pantano.
    Más allá de este premeditado pesimismo, lo que si puede hacerse, es cambiar uno mismo su mundo; su pequeño mundo. Si la falla que hoy resuena es la corrupción, no seamos corruptos, no nos dejemos corromper, seamos fieles a la especie más que a nosotros  mismos. Nos jactamos de ser la única inteligencia que camina sobre estos lares, pero no existe otra criatura tan estúpidamente autodestructiva como el ser humano. Busquemos, ante todo, el bien común, que de ahí devendrá el propio.
    Para ir cerrando, se han preguntado qué dice la literatura sobre cambiar el mundo. Muchas cosas. Pero el único, por lo menos que yo haya leído, que ha tratado de manera precisa el tema complejo de la humanidad, la historia y la inevitable decadencia de la especie, es Isaac Asimov, el genio de la ciencia ficción, divulgador científico y uno de mis escritores favoritos. En su saga "Fundación" nos habla de un imperio ficticio, futurista, basado en el auge y la caída del imperio Romano. Plantea algo interesante, lo cual es que la humanidad esta destinada a eso, a transitar por ciclos y ciclos de auges , caídas, periodos oscuros, nuevos auges y nuevas caídas.... una y otra vez. ¿La solución? la fundación de una comunidad denominada "Fundación" , alejada de estas nimiedades, abocada a la formación de una comunidad prospera, científica y altruista,  que, llegado el momento, terminará por conquistar a la decadente rama de humanos mezquinos y resegados. ¿Loco verdad? Por lo menos en la ficción, este notable hombre, construyó el louvre lejos de los pantanos.

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