sábado, 30 de enero de 2016

¿Running?

    Hoy decidí salir a trotar sin música. Quería escuchar, a la pasada, fragmentos de conversaciones, ver que estaba pasando en mi ciudad. Sin embargo, pese a mis intenciones chismosas, ocurrió todo lo contrario, ya que me aislé aún más en mis pensamientos y oí todo lo que mi cuerpo tenía para decirme.

    Lo primero que me llamó la atención fue el ruido de mis pies. Aunque parezca mentira, nunca había corrido sin música (advierto a los lectores que no soy un gran corredor, habré empezado hace 2 meses a hacerlo de manera constante) y escuchar el concierto de mi recorrido, me hizo mejorar algunas cosas de éste. Por ejemplo, mi respiración pasó de ser un bufido sonoro de poseso a algo casi tan alegre como el del espiraculo de un delfín (más acorde a lo que soy corriendo)

    También me dí cuenta que soy demasiado débil de mente. Cada un metro me decía "listo, ya está. Ahora camina" Literalmente. No existe peor sabotaje para uno mismo que su propia consciencia. Ésto lo mejoré concentrándome en los consejos que me dio una vez un corredor chileno: Apoya la planta del pie (Ni los talones ni las puntas) endereza la espalda e inclinate levemente hacía adelante para tirar el centro de gravedad unos centímetros al frente. No des zancadas tan largas, cuida las rodillas con pasos cortos. Esos consejos me sirvieron tanto para no pensar cómo para no tener dolores post entrenamiento.

     Por último, un señor me volvió a patear el culo. Tendría unos 60 años, y cuando yo llegué al parque  él ya estaba trotando. Obviamente, lo pasé y le saqué media vuelta. Pff, por supueto. Sin embargo, cuando ya me estaba yendo (caminando, luego de terminar mis miserables 5 km) el "viejo" seguía corriendo. Le eché un último vistazo antes de perderle de vista. Seguía corriendo, al mismo ritmo.  De seguro que tenía echa una lobotomia... y algunas mitocondrias más que yo, con encimas bien aceitadas.